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La historia del viñedo en Granja Remelluri se sostiene sobre más de ocho siglos de vida, concentrados en vinos como Y/AR. los riojanos, o el más riojano de los bordeleses. Lo único cierto es que su querencia siempre ha tenido predilección por los coupages con los que Burdeos le encandiló siendo joven, y le llevaron a formarse en algunas de las grandes maisons del vino francés. Un aprendizaje que, casi de manera catártica, sirvió a Rodríguez para darse cuenta del legado que sus padres habían prote- gido con Granja Remelluri: bajo los preceptos de la alta vitivinicultura francesa, obedece a la producción integrada de propiedad y viñedo de lo que entendemos por cháteau. PÁGINAS ESCRITAS EN TINTO “Diez años”, repite Rodríguez. No es un titubeo ni una cifra al aire. Es el tiempo que ha llevado diseñar, pensar, repensar y volver a cavilar sobre cómo debía ser la conquista de Burdeos. YJAR obedece a esa demanda que Francia, no siempre consciente de lo que ocurre en la cara sur del Pirineo, hace de his- toria, de vinos de calidad y de una realidad que en Remelluri nunca tuvo nada que envidiar. Historia, ya se ha visto, no le falta a YJAR. Ni antigua ni moder- na. Otra prueba, esta más reciente: ensalzar a Manuel Quintano, una MÉS La apuesta 76 figura de finales del siglo XVIII que configuró el primer Rioja moderno. CULTISMO ENOLÓGICO El camino, tal y como lo concibe Rodrí- guez, no busca una medalla propia, sino “un vino que sea importante para nuestro país, capaz de hablar el len- guaje de los mejores vinos del mundo”. Por eso la constancia en hacerlo entrar en La Place de Bordeaux, un inmenso mercado de corredores y agentes de vinos que se encargan de llevar las mejores enseñas de Burdeos a los con- sumidores de todo el mundo. “No es un mercado, recuerda más bien a una galería de arte”, advierte el enólogo riojano. “Aquí no se vende el vino como tal. Se comercializa como una bolsa por
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