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DBEU MAR De casa SÓ Una receta con un molde de pelicula Desde 1924, la confitería Camilo de Blas prepara uno de los dulces más afamados de Asturias: el carbayón. Una deliciosa creación propia que endulza desde hace más de un siglo y que sedujo al mismisimo Woody Allen. texto MICAELA LLORENS uando le preguntan a José Juan de Blas cuál es el secreto para mantener casi intacta la esencia de su empresa familiar, responde contundente: “Mezclamos tradición e innovación, pero jamás reba- jamos la calidad del producto, siempre aplicamos una categoría de primer nivel”. Esa inalterable filosofía de negocio ha dado sus frutos, y ya van por la quinta gene- ración detrás del mostrador de una tienda considerada un símbolo clásico, casi un bien cultural asturiano. “La confitería que fundó mi bisabuelo es una atracción turística que forma parte de la identidad de la ciudad. A los ovetenses también se nos llama carbayones, por el carbayu, roble en asturiano. Pero a nosotros nos viene muy bien y nos encanta que nos conozcan con este gen- tilicio”, comenta de Blas, entre risas. Su encanto y reco-
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