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8 CLUB DEL GOURMET »: ELCorte fngtaño ay dulces que pare- cen imposibles de modificar (o mejorar) de tan perfectos que apa- recen ante nuestros ojos. Un ejemplo paradigmático podría ser el meren- gue seco, esa pequeña obra de arte, liviana y dulce, que está considerada como una de las bellas artes de la pastelería francesa. Lo han conseguido en Biscuiterie du Quercy, una empresa familiar con una historia que lleva más de medio siglo haciendo no solo merengues, sino también galletas, obleas y otros postres. Han logrado insuflar nueva vida al merengue, este dulce de for- mulación sencilla: azúcar, claras de huevo y extracto de vainilla. Ni más ni menos... Hasta ahora. UNA MENTE CLARA Fueron Odette y Louis Gazaud los que fundaron esta pastelería en la comuna Montcuq-de-Quercy, en la región de Occitania, al sur de Fran- cia, transmitiendo el conocimiento tradicional de las artes de la repos- tería a sus hijos Patrick y Christian. Ahora, la tercera generación, que encarna Jéróme Gazaud, logra un equilibrio entre ese legado transmi- tido de padres a hijos y una creativi- dad que permite que el merengue se convierta en una experiencia total- mente nueva, pero que, al mismo tiempo, mantiene toda su esencia. Los merengues de Biscuiterie du Quercy adoptan ahora un nuevo sabor, para llenarse de la cremosidad y fresco carácter del pistacho, rey del fruto seco, para estar más a la moda que nunca... Esta nueva generación de merengues nace gracias al respeto de los procesos de producción his- tóricos de la región y el impulso que descúbrelo en CLUB DEL GOURMET. le ELCorle jngtso En su versión tradicio- nal y en la innovación con pistacho, los merengues Biscuiterie de Quercy llegan por primera vez a España como iconos de la alta pastelería francesa. y k- E Elaborados con sabores naturales y siguiendo recetas tradicionales, cada merengue es una pequeña pieza artesana. otorgan las modernas instalaciones con las que cuenta ahora Biscuiterie du Quercy. El añadido de nuevos ingredien- tes no cambia el rasgo distintivo de lo que supone llevarse a la boca uno de estos merengues. Cada pieza cuenta con un exterior crujiente y un interior tierno, lo que procura un estimulante juego de texturas. La vainilla le da esa fineza al buqué de un dulce que ahora, además, se rein- venta en mil y una versiones como si de un multiverso azucarado se tratara. Una delicia que, gracias a la alianza de Biscuiterie du Quercy con Delykatt £ Delice puede ahora pro- barse en España. Un billete directo (e irresistible) al corazón de la tradi- ción pastelera francesa. e
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