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PL UERTE P978%7/77) A estas leches, nada eches (O st De vaca, de cabra y de oveja, las leches frescas Montbelle son música para el paladar. Con un sabor y una /extura inigualables, triunfan cuando se sirven solas, pero también en recetas dulces y saladas. texto ANA MARÍA CLEMENTE amos a proponer un ejercicio de memoria. Si te invitan a recordar y definir una merienda que te transporte a la infancia, ¿cuál sería? Puede que, dependiendo de la generación, la res- puesta varíe. Sin embargo, es más que probable que se repita un ingrediente, más allá de la edad del entrevistado: “la leche de mi pueblo”, “la leche que traía el lechero”, “el tazón” en el que sumergir galletas o pan. Un recuerdo a recuperar con las leches frescas de la firma de lácteos Móntbelle, cargadas de calidad, bue- na presentación y delicadeza. “Mónt- belle surge de un proyecto familiar, de un profundo amor por la tierra y el cuidado por lo artesanal, de com- prender la belleza de lo que pueden otorgar la Tierra y los seres que la habitan”, explica José Miguel Ortiz García de las Bayonas, del equipo de la marca. “De esta manera, transfor- mamos la elaboración de productos lácteos naturales en un proyecto de vida”. Con la idea de poner al servicio del consumidor esa riqueza de las montañas y los animales, surgió esta marca de origen murciano que ofrece leches frescas de cabra, vaca y oveja. Un alegato a favor de esos productos saludables de antaño que se recuerdan con las papilas gustativas... y con la pituitaria. DESDE EL RESPETO... Todas ellas siguen un delicado proce- so de producción, desde la alimenta- ción de los animales, asegurando su bienestar y su correcta alimentación a base de vegetales y cereales, hasta su pasteurización y envasado, que permiten conservar todo su sabor y 44 a
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