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CLUB DELGOURMET =: E2Conle [ngtsio Era un espacio mágico que fascinaba a los clientes que nos visitaban, la máxi- ma expresión de la alta gastronomía en retail de la época. ¿Qué productos estaban de moda? En la década de los noventa hubo una gran inquietud por conocer deno- minaciones de origen de todo tipo, tanto nacionales como del resto del mundo; probar los dulces de clausura, el caviar o las conservas de campaña... Pero los productos que marcaron un antes y un después fueron los vinos. ¿Recuerda alguno en concreto? Llegaron muchísimos vinos de Rioja. La bodega Marqués de Riscal lanzó una nueva propuesta como Barón de Chirel. Conocimos vinos de bodegas como Artadi, Roda, Remírez de Ganu- za, Sierra Cantabria. También hubo una revolución con los Ribera del Duero, con marcas como Alion, Mata- rromera, Pesquera, Bodegas Mauro... ¿Ha evolucionado mucho la carta de vinos en este tiempo? Aquel porfolio constaba de alrede- dor de un millar de referencias que procedían de las mejores zonas de producción del mundo: Italia, con su Brunello di Montalcino, sus vinos de Gaja y demás toscanos; los míticos vinos de Francia, muchos de Burdeos y de Alsacia; Portugal; Hungría; Nue- va Zelanda... Y todas las regiones de España, con Rioja y Ribera del Duero a la cabeza en ventas. Y algunos nue- vos, como los procedentes del Priora- to... Hoy vendemos alrededor de 2.000 referencias. Mantenemos el espíritu de entonces con una versión mejora- da, muy viajada y reflexionada, que como siempre busca la excelencia. Los primeros ibéricos, pro- ducto icónico en Club del Gour- met, solo se ven- dían en piezas enteras para el corte en los mos- tradores. “Hoy disponemos de una gama de formatos inima- ginables en el pasado”, admite Rubén Suárez. “Nuestra clientela ha evolucionado. Hoy en día es más amplia que nunca, con gente de todas las edades y orígenes” ¿Los turistas rusos o alemanes ya distinguen un Ribera de un Rioja? Valoran mucho los vinos de nuestro país. Y esas dos denominaciones, en concreto, tienen una enorme deman- da. Pero el cliente extranjero tiene predilección por el champagne, que es nuestra estrella en ventas, y por vinos rosados como Cótes de Provence. ¿Ha cambiado el tipo de cliente con el paso del tiempo? Hoy nuestra clientela es más amplia que nunca, con gente de todas las edades y orígenes. Al principio, se tra- taba de un público más maduro. Pero más que cambiar, lo que ha hecho es evolucionar, igual que nosotros. Este viaje lo hemos recorrido juntos. ¿Qué alimento o producto se empezó a conocer en aquellos años? El foie gras y sus maridajes con vinos botritizados como los Tokaji húnga- ros; el Sauternes francés, o las vendi- mias tardías nacionales. Sí se sabía de su existencia, pero no formaba parte de nuestra gastronomía. ¿Qué ingredientes ha ayudado a popularizar Club del Gourmet? La lista es larga. Nuestra charcute- ría, con los mejores ibéricos, el foie, quesos de todo el mundo, el salmón. Y luego están los postres, sobre todo en fechas especiales como la Navidad (cuando vendemos más de 50 panne- tones diferentes cada año), dulces de clausura, bombones y chocolates. e
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