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AMYAUAIES Del mar Un crustáceo para hacer buenas migas El centollo es una de las grandes incógnitas del mar: cómo un animal de apariencia tan temible puede ofrecer una carne tan delicada. Y ahora, en las más preciadas latas. texto ANA MARÍA CLEMENTE asi mil kilómetros de distancia separan el Cantábrico del litoral de Estrecho. Dos paisajes, dos mares y dos ecosis- temas antagónicos en cuyos puertos, sin embargo, se reivindica la tradición conservera a partes iguales. Tal y como ocurre con La Mar de Tazones y Felisa Gourmet. Dos empresas situa- das, respectivamente, en Gijón (Astu- rias) y Barbate (Cádiz) especializadas en el arte de la conserva. Sus latas atesoran mariscos frescos de máxima calidad y elaborados siempre según un proceso 100% artesanal. Pero si hay uno capaz de ensalzar cualquier menú de estas fiestas navideñas, ese es el centollo. Un manjar exquisito, tierno, jugoso y con un sabor que evoca el mar de una forma natural y elegante. “La carne del centollo, a diferencia de la del buey de mar, ofrece una textura muy delicada, suave y menos fibrosa, así como un sabor dulce que destaca por su sutileza”, explican desde Felisa Gourmet. UN BUEN IMPULSO Para lograr una conserva de la mejor calidad, ambas marcas optan por seleccionar los mejores ejemplares. Luego se cuecen en agua de mar para preservar su sabor natural. Tras la cocción viene el desmigado, un proce- so muy minucioso, previo al envasado, donde se manipulan mínimamente las distintas partes de los centollos, descúbrelo CLUB DEL GOURMET e 2 Corte fngaso Finura y elegancia, con dos estilos bien diferenciados. Para disfrutar del cento- llo sin complicacio- nes e, incluso, para ponerse creativo. 40
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