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ay lenguajes que son universales. El de la cocina al fuego es, quizá, el más primitivo de ellos y también el más extendido. A él se entregan Miguel Caño y su equipo en Haro, capital de La Rioja Alta, en una epopeya que se ini- ció en 2021 con un regreso a casa. Como Ulises, Caño protagoniza su propia odisea con una propuesta que se autolimita a cocinar todo con la llama. Un homenaje al pro- ducto, a los ancestros y un desafío técnico que encandila, quizá nunca mejor dicho, al refulgir con guías como Michelin o Repsol. Nublo tiene mucho de regreso a casa, y eso siempre supone un desafío. ¿Quería demostrarse algo? Nublo es nuestra casa, y no solo por- que se ubica dentro de una casa pala- cio del siglo XVI. También porque ha sido el centro de un negocio familiar los últimos 65 años, sobre el que ha girado mi vida y la de los míos. Con mucho aprendido entre medias. Salí de casa con 18 años y volví hace cuatro, con 35. Buena parte de mi madurez y mi formación han llegado fuera, así que soy un pseudourbanita que decidió volver a sus raíces. Su historia, además, es tan univer- sal como la del equipo de Nublo. Mi historia y la de mi equipo es la de ese viaje de ida y vuelta que trae conocimiento y, sobre todo, puesta en valor. Hoy la habita un equipo joven de distintos países y latitudes, con el objetivo de buscar nuevas formas de comer. Nuestro lema es “nuevos ritos, viejas costumbres”. Uno de los motores de Nublo es ese retorno a una cocina ancestral, en la que el fuego, la leña y la tecno- "FUERTE Entrevista “Estamos rodeados de viñas. El aroma de Rioja es y ha sido el olor a sarmiento y cepas quemadas”. logía se afanan en completar un proceso económico. ¿Qué ha sido lo más complejo? Pensamos desde el inicio en usar la limitación como herramienta creativa. Queríamos ser libres, que nuestra cocina de servicio debía solo con- tener elementos en los que cociná- ramos en torno al fuego. Este iba a ser nuestro cable a tierra, a nuestro
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