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Folleto actual El Corte Inglés - Válido del 29.09 al 30.11 - Página nº 98

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Folleto El Corte Inglés 29.09.2022 - 30.11.2022
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Tan segoviano como goloso, a su afición por el cochinillo y el ponche no le echa ficción. Su nueva serie da que hablar en la sobremesa. texto JAIME DE LAS HERAS joto VALERO RIOJA 98 En un planeta que se tambalea, series como Apagón (en Movistar Plus+) avistan un futuro apocalíptico. Por si acaso, el actor Luis Callejo (Segovia, 1970) se aferra a la mesa. De cero a diez, ¿cuánto de miedo le da que Apagón se haga realidad? No me da miedo, me aterra. Ponle un 9. Sobre todo pienso en mis hijos, que son muy peque- ños, y solo la idea de que sufran me enferma. ¿Se apañaría en la cocina en caso de Apagón? Sería tragicómico verme. Me haría con una buena cantidad de latas. Aunque, por otra parte, creo que me gustaría sacar adelante una buena huerta de la que poder alimentarnos. Volveríamos al fuego. ¿Se ve bien delante de una parrilla, o mejor delante de un plato? Sólo me pongo delante de la parrilla cuando no hay nadie más... Pero soy buen jugador de equipo entre el fuego y la mesa. Asisto con cervezas y charla a quien se encarga de ello. Como segoviano, ¿cochinillo en casa o fuera? Dejemos a los profesionales. O lo degusto en restaurante o lo llevo a asar a un horno para comerlo en casa en Nochebuena. ¿Qué más le tira de la tierra? Me encantan los míticos judiones de La Granja, la caldereta de cordero o las chuletillas. Y como postre, el ponche segoviano, muy especial y potente. En casa somos golosos pero soy el raro de la familia: no me van las sopas de ajo. ¿Con qué conquista al invitado y a qué obse- quio de este abriría la puerta de par en par? Una vez convoqué en casa a dos amigos enfadados entre sí para comer mis lentejas castellanas y se arreglaron. Seguro que tam- bién contribuyó el vinazo que trajeron. Por su pasado de guía turístico y por su profe- sión de actor viaja y pica mucho. ¿Sorpresas? Muchas. Los famosos sándwich croque- monsieur, con jamón, gruyére y bechamel, me salvaron en París. Los sabrosos melocotones de Georgia. La inagotable variedad de donuts con colores, rellenos y toppings en EE UU. Y los arancini, unas bolas de arroz con cebolla, carne y algo más, en en el sur de Italia. Riquísimos. e

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Tan segoviano como goloso, a su afición por el cochinillo y el ponche no le echa ficción. Su nueva serie da que hablar en la sobremesa. texto JAIME DE LAS HERAS joto VALERO RIOJA 98 En un planeta que se tambalea, series como Apagón (en Movistar Plus+) avistan un futuro apocalíptico. Por si acaso, el actor Luis Callejo (Segovia, 1970) se aferra a la mesa. De cero a diez, ¿cuánto de miedo le da que Apagón se haga realidad? No me da miedo, me aterra. Ponle un 9. Sobre todo pienso en mis hijos, que son muy peque- ños, y solo la idea de que sufran me enferma. ¿Se apañaría en la cocina en caso de Apagón? Sería tragicómico verme. Me haría con una buena cantidad de latas. Aunque, por otra parte, creo que me gustaría sacar adelante una buena huerta de la que poder alimentarnos. Volveríamos al fuego. ¿Se ve bien delante de una parrilla, o mejor delante de un plato? Sólo me pongo delante de la parrilla cuando no hay nadie más... Pero soy buen jugador de equipo entre el fuego y la mesa. Asisto con cervezas y charla a quien se encarga de ello. Como segoviano, ¿cochinillo en casa o fuera? Dejemos a los profesionales. O lo degusto en restaurante o lo llevo a asar a un horno para comerlo en casa en Nochebuena. ¿Qué más le tira de la tierra? Me encantan los míticos judiones de La Granja, la caldereta de cordero o las chuletillas. Y como postre, el ponche segoviano, muy especial y potente. En casa somos golosos pero soy el raro de la familia: no me van las sopas de ajo. ¿Con qué conquista al invitado y a qué obse- quio de este abriría la puerta de par en par? Una vez convoqué en casa a dos amigos enfadados entre sí para comer mis lentejas castellanas y se arreglaron. Seguro que tam- bién contribuyó el vinazo que trajeron. Por su pasado de guía turístico y por su profe- sión de actor viaja y pica mucho. ¿Sorpresas? Muchas. Los famosos sándwich croque- monsieur, con jamón, gruyére y bechamel, me salvaron en París. Los sabrosos melocotones de Georgia. La inagotable variedad de donuts con colores, rellenos y toppings en EE UU. Y los arancini, unas bolas de arroz con cebolla, carne y algo más, en en el sur de Italia. Riquísimos. e
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