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Y también en la cocina, siendo más sostenible. Intentamos ser responsables con todo lo que hacemos, desde las basuras a la gestión de la energía o del consumo de agua. Intentamos concienciarnos para tener claro que hay que ayudar y aportar, porque solo tenemos un mundo. ¿Eso afecta a lo que cocina y a la apuesta cada vez más vegetal de La Salita? Para nosotros no es algo nuevo. En 2008 ya teníamos un primer menú vegetal, porque llegaba una cliente- la europea que no entendía que no existieran esas alternativas. Pero es cada vez más personal. Sí, eso es cierto. Llevamos esos años de ventaja investigando y observan- do la evolución. También conmigo, buscando esa personalidad y tra- tando de encontrar ese huequito. Y se refleja en lo que sucede en la actual tendencia del restaurante. He tenido temporadas más salvajes Coincidiendo con los 18 años al frente de La Salita, Rodrigo vive un parti- cular esplendor gastronómico. Ya es un referen- te de la cocina valenciana. “Ahora estoy más calmada y más centrada y eso se nota en la cocina” y más revolucionarias en mi tra- yectoria. Ahora estoy más calmada y centrada. Creo que eso se nota en la cocina, y es reflejo de lo que hacemos, pero, sobre todo, porque el cliente lo percibe, lo respeta y te sigue dentro de ese equilibrio. Algo que, además, parece dentro de un nuevo paradigma hostelero de atención al cliente y tiempo. Es una forma de ese aprendizaje. Cuanto más conoces y más sabes, más puedes mejorar, y eso es algo que está cambiando en el sector. Tienes que buscar un equilibrio en un restaurante gastronómico a partir del cual el cliente no se vaya de tu casa pidiendo la hora, por muy ricos que estén los platos. Hay que pensar también en esa parte nutricionalmente.
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