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Folleto actual El Corte Inglés - Válido del 08.12 al 31.12 - Página nº 33

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Folleto El Corte Inglés 08.12.2023 - 31.12.2023
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3 3 a ] queso Brune Ost de Heidal Ysteri se ela- bora en una pequeña quesería centenaria, situada en Heidal, en el corazón de Noruega. El pueblecito, que parece sacado de un cuento de los hermanos Grimm, está rodeado de coníferas, lagos y muy próximo al Parque Nacional de Rondane. Es allí donde comienza el idilio con el pas- toreo libre de vacas y cabras, que dis- ponen de un tapiz cuajado de hierba y flores durante la primavera y el vera- no. Con el suero de la leche de estos ejemplares prosigue esta saga vikinga: la mezcla se cuece lentamente, hasta que el suero se concentra en una masa densa, amarronada y con una textura similar a la arcilla. Durante este proceso, se produ- ce una caramelización natural del azúcar de la leche, lo que confiere al Brune Ost su característico y dulce sabor. Sin miedo al error, su nombre se traduciría al castellano como queso moreno. Un auténtico milagro del aprove- chamiento lácteo. Para ello, el Brune Ost original recurría a ese suero de la leche que sobraba de hacer un primer queso. De ahí se generaba un suero que, tras una larga cocción, perdía su parte acuosa y empezaba a cara- melizarse en el fondo de las cazuelas. Ahora, a ese “caramelo”, le añaden una parte de crema de leche de vaca y lo baten intensamente hasta obtener una masa untuosa y untable a la que luego dan forma de pequeña casa. UN 4X4 DE LOS LÁCTEOS Con una textura firme, el Brune Ost se corta con facilidad utilizando un cuchillo afilado o un rallador. Se trata de un queso muy popular en Norue- ga, donde se consume en cualquier momento del día, ya sea en solitario o con otros alimentos. En finas lon- chas resulta ideal para sándwiches, y Este queso ofrece matices dulces y de toffee, pero también notas de ligera acidez, generadas por la leche de cabra. descúbrelo en CLUB DEL GOURMET o” E£Conle fngtaño Vendido en envases individuales, el aspecto del Brune Ost es el de una casita, delicadamente tallada, que se presta a múltiples elaboraciones. fundido, para acompañar a tortitas y gofres. En la alta cocina, se utiliza para crear salsas dulces que realzan los fantásticos platos de carne de caza de la gastronomía nórdica. En repostería tampoco falta, habiéndose convertido en un popular topping en la decoración de piezas dulces. El Brune Ost ofrece una expe- riencia de sabor dual, perfecta para paladares curiosos. Al entrar en la boca recuerda a la leche condensada hervida, pero pronto desvela matices de acidez y un distintivo regusto caprino. Su textura arenosa evoca la sensación de un polvorón. Armoniza a la perfección con cervezas negras densas y jereces de tipo oloroso o cream. Para los paladares audaces, el café solo, especialmente si posee un sutil aroma a avellana, es una elección tentadora. God matlyst! e

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3 3 a ] queso Brune Ost de Heidal Ysteri se ela- bora en una pequeña quesería centenaria, situada en Heidal, en el corazón de Noruega. El pueblecito, que parece sacado de un cuento de los hermanos Grimm, está rodeado de coníferas, lagos y muy próximo al Parque Nacional de Rondane. Es allí donde comienza el idilio con el pas- toreo libre de vacas y cabras, que dis- ponen de un tapiz cuajado de hierba y flores durante la primavera y el vera- no. Con el suero de la leche de estos ejemplares prosigue esta saga vikinga: la mezcla se cuece lentamente, hasta que el suero se concentra en una masa densa, amarronada y con una textura similar a la arcilla. Durante este proceso, se produ- ce una caramelización natural del azúcar de la leche, lo que confiere al Brune Ost su característico y dulce sabor. Sin miedo al error, su nombre se traduciría al castellano como queso moreno. Un auténtico milagro del aprove- chamiento lácteo. Para ello, el Brune Ost original recurría a ese suero de la leche que sobraba de hacer un primer queso. De ahí se generaba un suero que, tras una larga cocción, perdía su parte acuosa y empezaba a cara- melizarse en el fondo de las cazuelas. Ahora, a ese “caramelo”, le añaden una parte de crema de leche de vaca y lo baten intensamente hasta obtener una masa untuosa y untable a la que luego dan forma de pequeña casa. UN 4X4 DE LOS LÁCTEOS Con una textura firme, el Brune Ost se corta con facilidad utilizando un cuchillo afilado o un rallador. Se trata de un queso muy popular en Norue- ga, donde se consume en cualquier momento del día, ya sea en solitario o con otros alimentos. En finas lon- chas resulta ideal para sándwiches, y Este queso ofrece matices dulces y de toffee, pero también notas de ligera acidez, generadas por la leche de cabra. descúbrelo en CLUB DEL GOURMET o” E£Conle fngtaño Vendido en envases individuales, el aspecto del Brune Ost es el de una casita, delicadamente tallada, que se presta a múltiples elaboraciones. fundido, para acompañar a tortitas y gofres. En la alta cocina, se utiliza para crear salsas dulces que realzan los fantásticos platos de carne de caza de la gastronomía nórdica. En repostería tampoco falta, habiéndose convertido en un popular topping en la decoración de piezas dulces. El Brune Ost ofrece una expe- riencia de sabor dual, perfecta para paladares curiosos. Al entrar en la boca recuerda a la leche condensada hervida, pero pronto desvela matices de acidez y un distintivo regusto caprino. Su textura arenosa evoca la sensación de un polvorón. Armoniza a la perfección con cervezas negras densas y jereces de tipo oloroso o cream. Para los paladares audaces, el café solo, especialmente si posee un sutil aroma a avellana, es una elección tentadora. God matlyst! e
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