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Artículos en este catálogo
JOAO AA Comerse el tarro 52 Felicidad en dos gestos Abrir y calentar. Las delicias asturianas de La Venta 1897 ponen lo mejor del Cantábrico y sus huertas al alcance de la mano. Con una única premisa: disfrutar cada bocado. texto JUAN CARLOS DE LAIGLESIA n rey, una pandemia y unas conser- vas. A priori, nada en común, hasta que se conoce la curiosa historia de La Venta 1897. Todo empieza hace cuatro generaciones, a finales del XIX, cuando Matilde y Jesús regresaban a su Asturias natal tras haber emigrado a La Habana. Como eran cocineros, transformaron su hacienda en casa de comidas, tienda mixta y casa de postas por la que pasó el carruaje de Alfonso XIII en visita a las obras del puerto de Gijón, en 1897. Jesús le abordó con un rami- llete de jamones y el rey exclamó “¡Hombre, La Venta del Jamón!, ¡esto parece Jauja, donde se come y no se trabaja”, y así se llama hasta hoy el restaurante fami- liar donde no han parado de trabajar desde entonces.
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